14.4.10

EN ABRIL, LLUVIAS Y TERRAZAS MIL


El Ayuntamiento, en su constante apoyo a la economía local, tiene prohibidas las terrazas más allá desde el mes de septiembre hasta abril. Los empresarios del sector hostelero están que trinan, ya que estos aparadores suponen una buena inyección económica en sus arcas. Y luego vamos y decimos que queremos ser una ciudad turística.

10 comentarios:

Juan Nadie dijo...

Digamos que más que PROHIBIDAS, es que NO ESTÁN AUTORIZADAS ¿Quizás para proteger sólo un poco a los ciudadanos que tienen que soportar RUIDO, SUCIEDAD, OCUPACIÓN DE ESPACIO PÚBLICO...? Durante seis meses.

javier dijo...

Entiendo la postura de los vecinos, pero, al mismo tiempo, veo injusto, en comparación con otras localidades, que no se pueda disfrutar de una cerveza o refresco en una terraza durante todo el año. Quizá regulando el horario y siendo más estrictos con la ordenanza de ruidos se podría conseguir un "entente cordiale".

TLVR dijo...

Igual bastaría con que los propios hosteleros fuesen más respetuosos con las Normas que regulan esta actividad para que los vecinos no la viviesen como una amenaza y un castigo durante 6 interminables meses que ahora quieren quieren convertir en cadena perpetua.
Igual si respetasen el espacio público sin adueñarse de calles y aceras obligando a los residentes a tener que sortear sillas y mesas para acceder a sus domicilios, si respetasen los horarios,si fuesen mas cuidadosos y respetuosos a la hora de su recogida y cierre, si .... etc, tal vez la actitud de los vecinos, de la que ellos (no todos, eso sí) son los primeros responsables, tal vez, digo, las cosas podrían ser de otra forma para todos.

javier dijo...

Estoy completamente de acuerdo contigo. No se deberían prohibir, pero sí regular de un modo más estricto. Y si finalmente se amplía el período a un año, que sea con unos horarios menos amplios (por ejemplo, sólo en horas diurnas), un precio mayor y una ocupación menor. Y, por supuesto, un mayor control de ruidos para poder conciliar todos los intereses.

Rosa dijo...

Yo también estoy a favor de la ampliación del horario de terrazas siempre y cuando NO sean Ni bajo mis ventanas, Ni junto a mi portal, Ni en mi barrio. (Autoexplicativo)

javier dijo...

Supongo, Rosa, que por solidaridad con los vecinos no harás uso de las terrazas de otros barrios. El problema no son las terrazas, sino la actitud de sus usuarios.

Juan Nadie dijo...

Pues no estaría mal, dado su rareza, que algún día "apareciera" una viñeta que aluda a las víctimas del RUIDO en su propio domicilio, despojándola de la imagen jocosa del insomnio de unos a causa del "divertimento" de otros.
Por cierto... el próximo día 28 de abril es el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido.

javier dijo...

Tomo nota y me comprometo a hacer una viñeta para el 28. Aunque no lo parezca, vivo en la zona del Parque y los ruidos no son ajenos a mí.

Rosa dijo...

¿El problema no son las terrazas? Ay amigo Javi, durante seis interminables meses cuento (literalmente, desde mi cama y sin quererlo) noche tras noche, el estruendo de cada una de las más de doscientas SILLAS de mi calle al ser éstas apiladas, una tras otra y unas encima de otras, sin el más mínimo atisbo de civismo por parte de los empleados ni de inquietud por parte de los propietarios Aprovechando unos minutos de descanso del personal - pues es una ardua tarea – el sueño comienza a apoderarse de mí sin acordarme que es inminente el arrastre y apilamiento de las MESAS (menos mal que la proporción es 1:4). Ya desquiciada y pensando que la recogida ha llegado a su fin, me doy cuenta que he pasado por alto las CADENAS. ¡Estas sí que son todo un despropósito!. Allá de donde sean sacadas son súbitamente dejadas caer sobre la acera. Este nuevo estruendo - a esas horas más bien propio de ultratumba - me deja en un estado rapaz que incluso agradezco pues me previene para lo que ha de venir cual serpiente zigzagueante arrastrándose por huecos de sillas y mesas uniéndolas firmemente. Cinco horas después comienza mi jornada laboral.

javier dijo...

Nadie puede expresar mejor que este magnífico texto lo que es no poder dormir por las terrazas. Jamás miraré con los mismos ojos a esas cadenas que custodian las mesas apiladas y, con tu permiso, haré uso en alguna conversación de amigos lo de "estado rapaz".