8.9.10

OTRA LECCIÓN DEL MAESTRO

Publicado en La Tribuna de Talavera.

Texto de Ángel Monterrubio. Foto de Manu Reino.

Sentido de pertenencia


A raíz de la desaparición del club de fútbol Talavera he mantenido estos últimos días un montón de conversaciones-discusiones con amigos, conocidos y menos conocidos que me han preguntado mi opinión acerca del entuerto. Como de fútbol, los que me tratan saben que no tengo ni puta idea ni me pone ni me gusta, hombre, sé muy por encima que una cuadrilla de esforzados mozos en calzoncillos tratan de meter una pelota de cuero entre tres palos con un trasmallo que otra cuadrilla de la misma guisa trata de evitar y que ese respetable entretenimiento levanta encendidas pasiones y mueve un huevo, pero un huevo, de pasta, entiendo, por tanto, que las personas que me han abordado buscaban respuestas que no eran deportivas, que iban un poco más allá. Y voy a darlas, pidiendo de antemano perdón a esos tres o cuatro pacientes lectores que me siguen cada semana cuando hablo de nuestros personajes y que pasan de mi columna cuando me meto en otros jardines.
La desaparición del Talavera y la lamentable y dolorosa manera como lo ha hecho no es más que el reflejo de lo que es este pueblo de nuestros pecados que a su vez es la consecuencia de cómo somos y pajeamos sus moradores, poniéndome cursi, los que hacemos ciudad. Y ahora no podemos echar la culpa a la Junta de Castilla-La Mancha, ni a Toledo ni a la Diputación, ni siquiera al Ayuntamiento. No. Vaya putada. La culpa es de la propia institución de ciudadanos y ciudadanas que ha gestionado pésimamente su club a través de una directiva que eligió democráticamente, de una afición pasiva, dividida en un laberinto de rencillas, sin compromiso, sin ideas y de un vecindario que se la trae floja todo aquello que vaya en beneficio de Talavera y no le aporte la más mínima utilidad personal. Talavera es una amalgama sin compactar de gentes de otros sitios, espurios, sin generosidad ni altura de miras, sin sentido de pertenencia. El sentido de pertenencia aporta arraigo, cohesión social y fortalecimiento de lo común. Cosas que suenan a chino mandarín por estos lares. La desaparición del Talavera es el reflejo de la decadencia de una ciudad que viene desangrándose hace ya muchos años en una triste y lenta agonía. El que tenga dudas que viaje y visite pueblos y ciudades que no nos llegaban hace treinta años a las canillas, que hablen con sus habitantes y comprendan lo que es el sentido de pertenencia. Aquí, por desgracia, “hacemos ciudad” simplemente es el rotulillo de los camiones de basura.

2 comentarios:

Unknown dijo...

... yo es que ante Angel Monterrubio sólo puedo quitarme el sombrero...

Javi García dijo...

Las historias de personajes talaveranos de Ángel en La Tribuna son para mondarse: pedazos de la historia reciente de nuestra ciudad narrados a través de personajes reales. Pero cuando el Sr. Monterrubio saca la fusta y decide dar un palo a alguien es sencillamente genial. Qué pena que sea una buena persona y no lo haga más a menudo.